Portada  |  02 septiembre 2025

Un cordobés que estuvo preso convirtió el encierro en cuentos para sus hijos

Un cordobés que estuvo preso creó un vínculo con su hija a través de la escritura.

Córdoba

En 2018, Andrés Escribano fue detenido y pasó dos años y once meses privado de su libertad. El golpe familiar fue duro: su hija Lucía tenía apenas tres años y medio y su esposa estaba embarazada de su segundo hijo. Frente a la distancia y la imposibilidad de verlos con frecuencia, encontró una forma inesperada de sostener el vínculo: empezó a escribir cuentos infantiles.

“Necesitaba conectarme con mi hija de una manera más cercana. No podía verla seguido, y hasta que la psicóloga no nos dio el visto bueno, no se animaban a llevarla a las visitas. Entonces pensé que la mejor manera de estar presente era a través de los cuentos”, recuerda Escribano.

Cada visita se transformó en un momento de entrega, un nuevo relato escrito y dibujado que viajaba de la cárcel a su casa para que su esposa lo compartiera con los niños. “Al principio eran cuentos simples, pero con el tiempo se fueron volviendo más producidos. Para mí se convirtió en una tradición y en una forma de ocupar la cabeza con algo productivo”, cuenta.

De esa experiencia nació el libro La familia Cóndor. Cuentos para volar, publicado tras recuperar su libertad. Allí volcó las historias que lo ayudaron a transitar el encierro y que le permitieron mantener un lazo afectivo con los suyos.

“Yo lo tomé como un plan familiar. No quería que mi familia me viera caído, sino que entendiera que estaba bien y que usaba el tiempo en cosas positivas. Las adversidades tienen que servir para crecer”, asegura.

Además de escribir, aprovechó su formación como profesor de ecología y física para estudiar y leer, con la idea de volver más capacitado a la vida laboral. La rutina fue clave “El día a día es importantísimo para no dejarse vencer. Corría, pensaba historias, copiaba dibujos, leía libros. Todo me ayudaba a mantenerme activo”.

Escribano reconoce que el sostén de sus seres queridos fue determinante “Tuve mucha suerte y un privilegio enorme de que mi familia nunca me soltara la mano. Gracias a ellos pude salir adelante”.

Hoy, desde su casa en Córdoba, afirma que su vida está marcada por la resiliencia y el aprendizaje. “Vivo feliz porque vivo con mi familia, que es lo más lindo que tengo. Estamos caminando por el buen camino”, resume con una sonrisa.

Un testimonio de superación y ejemplo de cómo, incluso en los momentos más adversos, la creatividad puede convertirse en un puente hacia el futuro.

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