Portada  |  04 agosto 2025

Tras la tragedia en Ruta 19, la familia de las víctimas reclamó justicia y apuntó contra el joven imputado

La familia pidió justicia y apuntó contra el joven conductor detenido. Aseguran que ya tenía antecedentes viales y que iba a altísima velocidad.

Córdoba

Luego del trágico accidente en la Ruta Nacional 19, que dejó como saldo la muerte de Ricardo Oliva (33) y sus tres hijos, la familia realizó este lunes el velorio de las víctimas en medio de un profundo dolor. Hablamos con la hermana de Ricardo, quien reclamó justicia y cuestionó duramente al conductor del otro vehículo, detenido e imputado por la Fiscalía de Arroyito.

El hecho ocurrió durante la madrugada del domingo entre El Tío y El Fuertecito, cuando el Fiat 147 en el que viajaban Ricardo, su esposa, sus tres hijos y dos sobrinas fue embestido desde atrás por un Volkswagen Bora. El impacto provocó la muerte inmediata del padre y los menores, mientras que la madre y las sobrinas lograron sobrevivir. El joven que manejaba el Bora, Franco Alejandro Sosa, de 19 años, estaba inhabilitado para conducir por una infracción previa por alcoholemia.

Hablamos con la hermana de Ricardo, quien relató cómo se enteraron del accidente: “Mi cuñada, que quedó viva, me mandó un mensaje a la hora que habían tenido el accidente. Me mandó un audio diciéndome que habían tenido un accidente pero que no escuchaba a mi hermano ni a los hijos”.

Según relató, la familia decidió volver temprano de un cumpleaños en San Francisco porque Ricardo tenía que trabajar: “No había tomado alcohol, nada, porque sabía que tenía que venir a trabajar”.

Desde la familia Oliva aseguran que tienen testigos que vieron al conductor del Volkswagen Bora circular a altísima velocidad y remarcaron que no debería haber estado manejando.

Los tres niños asistían al merendero “Tacitas Calientes”, ubicado muy cerca de la casa a la que se habían mudado apenas cuatro meses atrás. Días antes del accidente, el espacio solidario había organizado un viaje a Córdoba para recorrer la ciudad. La madre decidió no autorizar la participación de sus hijos, en gran parte por miedo a la ruta, temor que hoy resuena como una amarga premonición.

Debido a la imposibilidad de afrontar los costos del velorio y el sepelio, la Municipalidad de Arroyito se hizo cargo de todo: facilitó la sala velatoria, cubrió los gastos del nicho en el cementerio local y gestionó los trámites administrativos.

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