En medio de la conmoción por el doble femicidio de Luna Giardina (26) y su madre, Mariel Zamudio (54), a manos de Pablo Rodríguez Laurta, un testimonio clave comienza a arrojar luz sobre las últimas horas del prófugo antes de su detención. Se trata del chofer que lo trasladó en taxi junto a su hijo de 6 años desde la ciudad de Córdoba hasta Concordia, Entre Ríos, cuando intentaba fugarse hacia la frontera con Uruguay.
El hombre relató: “Comenzamos la ruta desde la terminal de ómnibus, pasando por el centro porque tenía que cambiar dólares”. Según su testimonio, fue en el trayecto, a la altura de Villaguay, cuando el destino cambió sorpresivamente: “Me cambió el recorrido y tomamos la la salida para ir a Gualeguaychú”, indicó, lo que a posteriori se interpretó como parte de un plan de escape hacia territorio uruguayo.
Pese a los cambios de planes, el chofer confesó que durante el viaje nunca sospechó que Laurta huía. “Las conversaciones que se dieron no me llevaron a sospechar nada. Hacía comentarios de peleas que tenía con su pareja, normales, como cualquiera que está enojado”, explicó.
Además, el chofer recordó que el niño se encontraba descompuesto durante el trayecto. “Paramos bastante en la ruta porque el niño vomitaba”, contó, y añadió que incluso “le ofrecí a la altura de Piquillín ir a un centro médico y me dijo que no, que era normal, que se mareaba en los viajes”.
Tras el crimen, Laurta huyó con el niño y fue finalmente detenido en Entre Ríos, cuando se preparaba para cruzar la frontera. Este testimonio del chofer, ahora en manos de la Justicia, se suma a la investigación y podría ser fundamental para reconstruir las horas posteriores al crimen y el intento de fuga del femicida.
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