De acuerdo con la Dirección de Estadísticas e Información de Salud (DEIS), Argentina presenta una tasa de suicidio de entre 7 y 10 por cada 100.000 habitantes, con un valor estimado cercano a 7,5 en 2023. En Córdoba, los registros muestran una tendencia al alza: de 7,1 en 2022 a alrededor de 8,9 en los datos parciales de 2024. Con estos números se trasforma en la segunda causa de muerte violenta en términos estaditicos, detrás de las cifras de accidentes de tránsito.
El suicidio es un término que suele abordarse con extrema delicadeza y, muchas veces, en silencio. Esto responde a que los medios de comunicación siguen recomendaciones internacionales para evitar lo que se conoce como “efecto contagio” o efecto Werther. Sin embargo, se trata de un fenómeno real y creciente. El Observatorio Municipal informó que, entre 2019 y 2024, el número de suicidios aumentó un 36 %, con predominio en varones de entre 25 y 44 años (78 %).
Jorge Cáceres, ex presidente del Colegio de Psicólogos de Córdoba y ex miembro de la Junta Ejecutiva de la Federación Nacional de Psicólogos (FEPRA), dialogó con Telefe sobre esta problemática. Explicó que entre los factores que pueden influir en este incremento se encuentran las crisis socioeconómicas, la imposibilidad de cumplir anhelos y sueños, el aislamiento producto del uso de redes sociales y la presión de discursos productivistas. "Hoy se desacreditan la tristeza, el fracaso o incluso el aburrimiento. La obligación de estar bien y ser feliz todo el tiempo genera una exigencia imposible de sostener", remarcó.
Asimismo, Cáceres subrayó que el suicidio constituye un problema complejo de salud pública y que no existe una causa única. "Involucra una combinación de factores de riesgo personales, sociales y culturales. Entre los más comunes se encuentran el acoso escolar, la discriminación por orientación sexual, las crisis económicas, el aislamiento, las patologías mentales y el consumo de drogas".
En cuanto a las diferencias de género, los datos muestran que, aunque hay más intentos en mujeres, los hombres son quienes mayoritariamente llegan a concretarlo: 8 de cada 10 víctimas son varones. Esto se vincula, según los especialistas, con las presiones sociales de éxito y la construcción tradicional de la masculinidad, que limita la expresión del malestar emocional.
Finalmente, Cáceres destacó la importancia de no esperar a una crisis extrema para pedir ayuda. "Consultar con profesionales de la salud mental es un factor protector fundamental. Reconocer la tristeza y animarse a hablar de lo que nos pasa puede marcar la diferencia".
El suicidio no debería ser un tema silenciado. Hablar, escuchar y acompañar son pasos claves para transformar la estadística en prevención.
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