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Piquias Balls: pelotas con historia, pasión y estilo

Juan fabrica modelos clásicos de 32 gajos.

Córdoba

Lo que empezó como un oficio familiar en plena pandemia terminó convirtiéndose en un emprendimiento que hoy tiene reconocimiento nacional. Piquias Balls, el proyecto de Juan “Piquilla”, profesor de Educación Física oriundo de Villas Cazuy y radicado en Río Tercero, fábrica de pelotas de cuero vacuno cosidas a mano, con un nivel de personalización y calidad que lo distingue de la producción industrial.

La iniciativa nació en el garaje de su casa , inspirada en el oficio de su padre, que arreglaba balones para escuelas y clubes. Con esfuerzo y ensayo, Piquilla logró dar con “la fórmula perfecta”, una pelota resistente, pensada para el uso escolar y deportivo. Desde entonces, fabrica modelos clásicos de 32 gajos , pelotas especiales para entrenamiento de crossfit, versiones con sonajero para personas no videntes o con TEA, y diseños únicos con colores y logos que no se borran.

“El diferencial es que todo está hecho a mano y con mucha pasión ”, cuenta. El emprendimiento se sostiene gracias al trabajo en familia: su esposa Mariana, sus hijos, su hermana que maneja redes y hasta su papá, que sigue colaborando en el corte de materiales. Incluso sumó a Joana, una colaboradora con discapacidad motriz, que encontró en la costura de pelotas una nueva oportunidad laboral.

Hoy, las pelotas de Piquias Balls llegan a complejos deportivos de Córdoba y Buenos Aires , y ya fueron elegidas por figuras como Ubaldo “Pato” Fillol, Julián Álvarez, Maravillas Martínez y hasta Lionel Messi. “Cada pelota me cuesta soltarla, porque detrás hay mucho esfuerzo y emoción”, reconoce Piquilla, orgullosa de que lo artesanal y lo familiar sigan marcando la diferencia frente a la producción masiva.

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