Es la 19° jornada del juicio por las muertes de bebés en el Hospital Materno Neonatal de la ciudad de Córdoba y será la última audiencia de esta semana, ya que a partir de febrero el juicio tendrá tres audiencias por semana.
Cecilia Calderón es enfermera asignada al Centro Obstétrico del Neonatal y recordó los sucesos en algunos de sus turnos. “Nos llamó la atención que esa noche llaman por teléfono por un bebé que estaba empeorando en la sala de recuperación, nos pedían que nos ayuden y pasaron 15 minutos y suena de nuevo el teléfono, que por favor colaboremos porque otro niño se había complicado. Y fuimos a asistir. Fue bastante caótico el hospital”, declaró.
También destacó que es común que en ocasiones se alcen a los bebés para ayudar a las madres, aunque no sean enfermeras neonatólogas.
“Se comentaba que estaba mucho tiempo sola, los padres decían que tenía mucho contacto con bebés, que si lloraban los llevaba a otro sector”, dijo sobre la acusada.
En su testimonio, Calderón contó que Brenda Agüero siempre estaba con la camiseta debajo de la chaqueta, algo que podría haber sido un indicio de que ocultaba algo, “como una aguja”.
Por su parte, agregó que la gestión de la exdirectora, Liliana Asís, no fue buena. Relató que Asís no permitía el regreso de los familiares al momento del parto y que eso habría sido muy útil para evitar estos casos.
Otra de las personas que declaró el martes en la Cámara Séptima de Tribunales II fue la médica neonatóloga, Angelina Galetto.
La profesional contó que en mayo del 2022 y se sospechaba la presencia de insectos en incubadoras, ya que se habían encontrado pacientes con pinchazos y cambios de coloración en la piel. También brindó su relato sobre lo ocurrido durante dos guardias: la del 23 de mayo (cuando muere el bebé I.N.B.G.) y la del 6 de junio (cuando fallecieron dos recién nacidos y otros dos son investigados por posibles secuelas).
Según ella, el lunes 23 de mayo “fue una guardia común” y sin complicaciones hasta las 20 hs. Cuando transitaba el pasillo escuchó gritos de llanto en el internado común, donde se encuentran las madres sin complicaciones. Allí se enteró que un recién nacido se encontraba en mal estado: se trataba de I.N.B.G., hijo de Julieta Guardia.
El pequeño fue trasladado a la terapia intensiva, donde se constató bradicardia y se intentó una reanimación con un masaje cardíaco. El procedimiento de reanimación duró aproximadamente 45 minutos y que algo le llamó la atención fue que el bebé no tuvo respuesta inmediata al procedimiento. Galetto aclaró que no es común que este tipo de pacientes no tengan ningún tipo de respuesta cuando se lo intenta reanimar.
Con el fin de descartar malformaciones cardíacas, los profesionales realizaron un electrocardiograma y constataron latidos lejanos, algo compatible con un taponamiento cardíaco. La médica agregó que la glucemia del bebé era baja, pero que no se llegó a pedir análisis de laboratorio.
A mitad de su testimonio, Angelina Galetto hizo referencia a la guardia del 6 de junio. De acuerdo con su relato, después de las 10:30 hs una enfermera se acercó al centro obstétrico con una bebé en brazos y le dijo que la niña no estaba bien. “Era Brenda Agüero, que es una enfermera de obstetricia”, destacó.
Al ser una urgencia, el equipo de médicos intentó realizar una “reanimación avanzada”, que consiste en maniobras y una canalización para que la recién nacida pueda salir del paro cardíaco. Galetto sostuvo que este caso también le llamó la atención porque la paciente no se recuperaba. “La bradicardia se sostenía, pese a la medicación y las maniobras que recibía”, dijo.
La niña era A.G.C.R., hija de Yoselin Rojas, que falleció el 6 de junio a las 16:30 hs.
Cerca de las 22:30 hs, hubo un segundo llamado de emergencias por otro bebé internado en sala común que no se encontraba bien. En este caso era M.M., hija de Brisa Molina, quien falleció el 7 de junio. La niña también estaba sufría de un paro cardíaco y bradicardia extrema.
Sumado a eso, en la misma noche Galetto recibió otro llamado por otro bebé que estaba grave. Cuando los médicos quisieron comenzar con la estimulación para estabilizarlo, se encontraron con una lesión importante en la región costal izquierda, que se extendía hacia el tórax y la espalda.
En esta oportunidad, se trataba de P.M., hija de María Fernanda Martín, quien nació el 6 de junio y fue dada de alta el 22 de ese mes. “Yo recibí a esa niña. Cuando la levanté apenas nació, no tenía nada en la espalda”, recordó.
En su testimonio, menciona que los análisis de laboratorio constataron que el nivel de potasio en sangre era de 13, muy por encima del valor normal. El electrocardiograma también mostraba signos de una hiperpotasemia.
Finalmente, la neonatóloga contó que durante la madrugada la guardia estaba desbordada y se hicieron presentes las autoridades del hospital. Es ahí cuando se detecta que M.T., hija de Ludmila Torres, tenía hipoglucemia y la trasladaron a terapia intensiva.
También destacó que, al ser un centro de alta complejidad, son comunes los casos de hipoglucemia. Generalmente son hijos de madres diabéticas tratadas con insulina o no detectadas en los controles de embarazo.
Más testimonios
La otra testigo que dio su testimonio este martes fue Silvana Cagliero, neonatóloga que hoy se encuentra jubilada. Ella brindó detalles acerca de lo que ocurrió los días 18 de marzo, 26 de abril, 11 de mayo y 6 de junio del 2022.
“Cuando ocurrieron los primeros casos, siempre se pensó en causas médicas. Se estudió la vitamina K y se puso la lupa en los efectos que pueda llegar a tener el Covid-19 en el embarazo. Todo estaba en investigación”, informó en su declaración.
A partir del fallecimiento de A.G.C.R. y con la denuncia ya hecha en la unidad judicial, fue convocada por la coordinadora del comité de seguridad del paciente, Adriana Moralez. Ahí comentó que varios eventos que se investigaban habían sido advertidos desde un principio por la misma enfermera: Brenda Agüero.
Por último, Ariel Carretero, un obstetra del hospital, contó su experiencia cuando le tocó asistir a Yoselin Rojas el 6 de junio. “Lo que vivimos ese día fue espantoso. No es habitual ver bebés en ese estado, sin antecedentes de enfermedades previas”, recordó.
También coincidió que en un primer momento se consideró la posibilidad de una falla en alguno de los lotes de vitamina K. Sin embargo, después de lo ocurrido “eso no tenía mucho sentido”. “Imaginé que alguien pudo estar provocando todo esto, pero es sólo una suposición”, finalizó.
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