Lola y Cleo son dos perras de terapia que hace casi una década acompañan a niños y jóvenes con discapacidad en la Fundación Senda Azul. Mediante diversas actividades se genera una estimulación clave para su desarrollo físico, cognitivo y emocional.
Desde que tenían apenas 60 días de vida, Lola y Cleo comenzaron su recorrido como animales de asistencia. Hoy, con ocho y nueve años, forman parte del programa IACA (Intervenciones Asistidas con Animales), coordinado por el médico veterinario Omar Robotti. En el Centro Educativo Terapéutico Senda Azul trabajan con un equipo técnico interdisciplinario, en un espacio que incluye una sala de estimulación multisensorial.
"Son diferentes actividades que hacemos para estimular a los chicos a hacer diferentes actividades", explicó Robotti, especialista en etología. Las tareas pueden ser tan simples como acercarles alimento o agua, pero implican un proceso de estímulo integral. "A través del juego también hacemos una estimulación de los chicos", agregó.
Soledad Martín, Coordinadora General de la Fundación, señaló: "Tenemos chicos que tienen discapacidades severas, la mayoría de ellos tienen más de una discapacidad". Y destacó que "lo más importante de todo es el vínculo que se crea y el estímulo que significa el animal, no solo en lo cognitivo y motriz, sino también en lo emocional".
La preparación de los animales es clave. Según Robotti, "ellas vienen a la fundación desde que tienen 60 días, entonces están acostumbradas al contacto con ellos, al manejo de la silla de ruedas". El trabajo de adaptación incluye no solo el trato con las personas, sino también con los elementos del entorno y la interpretación de expresiones corporales.
"Hay que habituar al perro, no solamente al contacto, sino también a los elementos y a la expresión corporal de los chicos", explicó. La formación incluye comandos básicos y entrenamiento en obediencia. "Eso lo utilizamos en cada actividad", precisó.
Además, subrayó la importancia del cuidado de todos los involucrados: "Acá lo importante es que cuidamos el bienestar de los perros, y también el bienestar de los chicos". Según Robotti, los animales disfrutan su tarea: "Los perros disfrutan el contacto, acá nadie está obligando a hacer nada, lo hacen con gusto. Es parte de su instinto y de cómo se han criado".
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