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La palabra de los trabajadores en FAdeA: angustia, esperanza y una historia que se repite

Los empleados relataron cómo viven la crisis en la planta, con angustia por la falta de pagos, preocupación por el futuro laboral y un fuerte vínculo afectivo con la fábrica.

Córdoba

La crisis en la Fábrica Argentina de Aviones no solo se mide en cifras: quienes la transitan a diario relatan con angustia el deterioro, la incertidumbre y el apego por una planta que fue emblema de la industria nacional.

Tras la suspensión de actividades por 72 horas y la concentración de empleados frente a los portones, la situación en FAdeA sigue siendo crítica. La empresa interrumpió sus tareas luego de que el viernes pasado se produjeran tensiones gremiales y se confirmara que los salarios de abril fueron abonados solo en un 30%. Mientras tanto, los trabajadores aguardan respuestas y temen por eventuales despidos.

Jorge González conoce cada rincón de la fábrica: trabaja allí desde 1977 y nació en sus instalaciones, cuando aún funcionaba un área de maternidad en el sector de sanidad. “Estoy desde la época de los militares, hasta la democracia. Hemos pasado por varios procesos, tanto buenos como malos”, recordó.

González relató que la situación actual se vive con malestar: “Hay mucha gente nerviosa porque saben que no pueden cumplir con sus obligaciones por la falta de pago”. El conflicto por los sueldos no es nuevo. “Hace un par de meses tenemos problemas con los sueldos, no cumplían las fechas de pago”, explicó. Según él, “se avecinaba algo, que no pensamos que iba a ser esto”.

“Antes éramos más de cinco mil personas, teníamos la producción a pleno con dos tipos de aviones, tanto el Pucará como el Pampa. La empresa empezó a decaer en el momento en el que no tenemos nuevos proyectos”, aseguró, y agregó: “Uno la quiere tanto a la fábrica, tenemos tantos años acá adentro... Las ocho horas que estamos acá es estar con una familia más, es como una segunda familia”.

La desolación se refleja también en las imágenes: calles vacías, vallado en los accesos, y trabajadores que miran con impotencia la planta cerrada. “Más que dolor, es angustia, bronca”, sintetizó González.

Otro trabajador, que ingresó en 2012, expresó su decepción por la pérdida de rumbo: “En ese momento era distinto, había proyectos de trabajo, nuevas funcionalidades para la fábrica. Fue decayendo de a poco, paulatinamente, hasta llegar a hoy que no están pagando los sueldos”.

La falta de perspectivas es el eje de su preocupación: “Hoy el hecho de que no nos paguen el sueldo tiene que ver con la falta de trabajo, la falta de proyectos, de horizonte de la empresa hacia donde quiere ir. He aprendido a transitar momentos de incertidumbre pero es muy doloroso, muy triste, muy complicado”.

Rogelio Trapote, representante del gremio que nuclea a los trabajadores en conflicto, advirtió que no hay avances concretos: “Ayer en el Ministerio de Trabajo, la empresa se presentó con las manos vacías, sin la solución, sin la posibilidad de pagar el salario o un plan de trabajo”. Y reclamó al Gobierno nacional una decisión urgente: “Luis Petri tiene la llave para firmar el mayor contrato que tiene FAdeA, que es el mantenimiento de los aviones de la Fuerza Aérea”.

“Estamos en la lucha, exigimos lo que corresponde para salvar FAdeA. Nosotros siempre tenemos esperanza de tener finales positivos”, concluyó.

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