Cuando las temperaturas se disparan, la elección de la ropa adecuada puede marcar una gran diferencia en cómo afrontamos el calor.
El color blanco es uno de los más recomendados para vestir durante jornadas calurosas.
El color blanco tiene la capacidad de reflejar la mayor parte de la luz solar, evitando que el cuerpo absorba el calor que emiten los rayos del sol. A diferencia de los colores oscuros, que retienen el calor, la ropa blanca permite mantener una sensación de frescura durante más tiempo.
Además, las prendas blancas suelen asociarse con tejidos ligeros y transpirables, como el algodón o el lino, que favorecen la circulación del aire y ayudan a regular la temperatura corporal.
Por eso, elegir ropa de color blanco no solo es una decisión práctica, sino también una forma efectiva de cuidar nuestra comodidad y salud en días de calor extremo.
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