León tiene 4 años y es oriundo de Santa Rosa de Calamuchita. En junio de 2023 fue diagnosticado con miocardiopatía restrictiva, una enfermedad que afecta el funcionamiento del corazón.
Tras ser derivado al Hospital Italiano de Buenos Aires, donde se realizan trasplantes cardíacos pediátricos, su familia decidió mudarse a la capital para estar cerca del niño durante el tratamiento.
El 10 de junio pasado, después de meses de espera, León recibió un nuevo corazón. Su mamá, Melanie, aseguró que “el tiempo de vida que le daban era de 2 años si no aparecía ese corazón”, y recordó todo lo vivido con emoción: “Como papás queremos salvarle la vida a nuestro hijo, pero no está en nuestras manos. Lo que podemos hacer es concientizar para que la gente sepa y eso ayude”.
Según contó, se trata de una cirugía compleja y el post trasplante no es fácil. “Es lucharla y darle la mejor energía y fuerzas al gordito para que pueda”, afirmó. Durante todo el proceso, la familia debió reorganizar su vida, alejarse de sus seres queridos y sostener emocionalmente a León y a su hermanito menor. “Se hace difícil no tenerlos cerca, más cuando uno pasa por estas cosas en donde el abrazo lo es todo”, señaló.
La historia de León convive con la de otros niños que siguen esperando. Ekatherina, por ejemplo, está internada desde octubre de 2023 y lleva 14 meses en lista de espera. Su mamá explicó que “el corazón es lo que le da vida a todo el cuerpo. Si el corazón funciona mal, todo el cuerpo empieza a tener problemas”.
Ambas madres coinciden en que, como padres, solo pueden acompañar a sus hijos en este proceso incierto. "Uno como papá lo que quiere es ayudar a su hijo, e intentar hacer todo para que esté bien. Lo único que podemos hacer es estar con ellos, acompañarlos y ser su apoyo incondicional", dijo Anastasia.
Además, tienen hijos pequeños que también requieren atención y contención. Las salidas, el jardín de infantes y las actividades comunes de la infancia se convierten en un riesgo para los niños inmunosuprimidos. "Uno tiene que ir adaptándose. Ellos se merecen tener una infancia linda", agregó Anastasia en referencia a sus otros hijos.
Hoy, Melanie insiste en que la historia de su hijo debe servir para seguir generando conciencia: “Quiero pedirle a la gente que siga concientizando, que nos ayuden. Uno nunca sabe de qué lado de la vereda le va a tocar estar. Es para todos, no solo para nuestros hijos. Es para los que están, los que recibieron, los que pueden llegar a recibir y para los que no llegaron”.
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