La intolerancia es moneda corriente. Pero lo que sucedió en el ingreso de la escuela Escuti, en el norte de la ciudad de Córdoba, es insólito.
Cristian es papá de un alumno con discapacidad. Cuando llegó al establecimiento quiso frenar en el lugar reservado pero se dio con un auto mal estacionado. Discutió con la persona y se retiró a buscar a su hijo. Pero al volver se encontró con un desagradable mensaje: “Mil disculpas por tocar bocina. No me di cuenta hasta que me hablaste que eras un discapacitado mental. Bendiciones”.
“No me enojé. No nos podemos burlar de una persona con discapacidad. Esto afecta a todo el colectivo de personas con discapacidad, no sólo a mi hijo” explicó Cristian.
El papá subió la foto a redes sociales y se viralizó al instante con comentarios de apoyo y situaciones similares. “Hubiese estado bueno el gesto de pedir disculpas. Hay un montón de padres cuando les digo que ese lugar está reservado me dicen que no se dieron cuenta y se disculpan”.
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