Un escándalo sacude a la Policía de Córdoba. Esta vez, las denuncias apuntan contra un cabo de la fuerza, acusado de espiar y fotografiar a compañeras mujeres mientras se encontraban en el baño, en el área de medicina laboral del Polo de la Mujer.
La investigación interna, que se mantiene bajo estricta reserva, comenzó tras una denuncia formal presentada a fines de agosto. Con el correr de las semanas, surgieron más testimonios de mujeres policías que habrían sido víctimas del mismo tipo de acoso.
El caso dio un giro grave cuando se secuestró el teléfono del cabo sospechado, en el que se encontraron decenas de fotos y videos de sus compañeras, tomadas sin su consentimiento. Si bien el uniformado fue apartado preventivamente de su cargo, hasta el momento no enfrenta una imputación formal por parte del Ministerio Público Fiscal.
Por ahora, la causa se centra únicamente en los hechos ocurridos dentro del Polo de la Mujer, aunque no se descarta que haya más víctimas en otras dependencias. La situación generó profunda preocupación dentro de la fuerza policial y del Ministerio de la Mujer, donde se evalúan medidas para reforzar la protección de las agentes en sus lugares de trabajo.
Desde la jefatura policial aún no hubo un pronunciamiento oficial. No obstante, se espera que en los próximos días avancen las actuaciones judiciales y se determine si existen elementos suficientes para imputar al acusado por delitos contra la integridad sexual y violación a la privacidad.
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