El uso de medicamentos para adelgazar se ha convertido en una opción cada vez más frecuente entre aquellos que desean hacerlo en poco tiempo sin someterse a distintos tratamientos o simplemente interrumpir sus rutinas diarias.
Sin embargo, el avance de los fármacos para bajar de peso supone un enorme desafío, no solo para quienes los consumen, sino también para profesionales, quienes si bien no desalientan su uso, advierten sobre los riesgos de ser recetados sin un control previo y su correspondiente seguimiento, como así también de posibles contraefectos.
Mauro Collotto, paciente actualmente en tratamiento, contó: “Tenía sobrepeso y diabetes. Este medicamento me ayudó a controlarme y disminuyó mi apetito: bajé 12 kilos en tres meses. Pero sé que no se baja de peso únicamente con esto, sino también con un poco de actividad física, porque sino te quedas en la nada”.
“Este remedio no hace magia. Nunca en mi vida tuve la constancia que tengo ahora, porque además sumé actividad física y me siento mejor, hasta bajé un talle de ropa”, se sinceró.
Acerca del consumo y posibles reacciones adversas, un especialista reveló: “Estos medicamentos aumentan la saciedad, por ende la comida que come el paciente dura más tiempo en el estómago y eso hace que no tenga tanto apetito".
“Deben ser recetados por un profesional, no es para cualquiera. Y al que se lo recetan, hay que hacerle un diagnóstico: sin indicación, no hay que consumirlo, advirtió.
A su vez, expresó que “lo importante del cambio de estilo de vida es la actividad física” y que como profesionales tienen que lograr que el paciente realice ese cambio. “Si uno toma este remedio pero no cambia eso, a los tres meses va a recuperar ese peso perdido”, enfatizó.
Carina Grivarello, licenciada en Nutrición, también se expresó respecto al tema: “Si no puede sostener algo que le dio resultados, ya sea consumo de medicamentos o dietas, el paciente debe encontrar estrategias posibles de implementar y sostener en el tiempo. Hay un error en el enfoque, no se hace énfasis en aprender otras formas de alimentarse”.
“A largo plazo, el consumo de estos medicamentos no tiene estudios que nos permitan determinar qué va a pasar de acá a 10 años. Todo medicamento tiene efectos secundarios: si el tratamiento no es guiado por un profesional, pueden aparecer consecuencias graves”, cerró.
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