El aula se llenó de aplausos, abrazos y de alegría cuándo los alumnos, junto a sus familias, le entregaron un regalo muy especial, el pasaje para el viaje de egresados a San Clemente.
El gesto no fue solo una muestra de gratitud, sino el reflejo de un vínculo profundo que se viene tejiendo desde hace años. La seño Fabi los acompaña desde la Sala de 3 y, con paciencia, afecto y compromiso, fue mucho más que una maestra, fue guía, sostén y abrazo constante.
“Esto nace del corazón”, dijeron las familias al explicar por qué decidieron sorprenderla. Y es que educar, cuando se hace con amor, deja huellas imborrables.
La comunidad educativa de esta escuela cordobesa volvió a demostrar que la escuela no es solo un lugar de aprendizaje, sino un espacio donde se construyen lazos verdaderos.
Un aplauso para la seño Fabi. Y otro, enorme, para quienes entienden que enseñar y querer van siempre de la mano.
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