El juicio por la muerte de cinco bebés en el Hospital Neonatal de Córdoba continúa este miércoles en la Cámara Séptima del Crimen.
En la jornada de hoy declaró Julieta Guardia, mamá de Ibrahim, el bebé que murió el 23 de mayo de 2022 y que fue la tercera víctima fatal del hospital provincial.
Manifestó que cursó un embarazo normal y que su hijo nació sano con más de 3 kilos, en un testimonio que estuvo plagado de llanto y emoción.
Además, señaló que la enfermera Brenda Agüero estuvo presente en la sala de preparto, en sala de recuperación y con luego con el bebé.
Cabe recordar que su testimonio, se suma a los de Damaris Bustamante, mamá de Benjamín, Yoselín Rojas, mamá de Angeline y Vanessa Cáceres, mamá de Francisco.
Su declaración
“Me suben a la sala de preparto y me reciben médicos. No recuerdo sus nombres, pero sí los rostros de ellos y el de ella (la mira a la enfermera Brenda Agüero) porque ella estuvo en la sala de preparto, en la sala de parto y en la de recuperación”.
"No cruzamos palabra alguna, pero tuve la oportunidad de verla. Mi bebé nació a las 12:15 del mediodía. 15 minutos después esta mujer (Brenda) me lleva a mi hijo”.
“En recuperación estábamos Ibrahim, mi mamá, Brenda Agüero y yo. En un momento ella le dice a mi mamá que baje porque en la guardia hay un menor que preguntaba por ella, mi mamá bajó y ahí le dijeron que nadie la llamó”.
“En ese momento Brenda se lo llevó, dijo que para un nuevo chequeo, y yo confié en ella, no sabía que venían pasando cosas raras en el hospital, cuando vuelve me trae a mi hijo llorando”.
“Mi hijo abría un solo ojo, ya no me tomaba el pecho igual. Nos estaban por traer la cena, eran más de las 20:00 de la noche y decido dejarlo en la cunita. Se durmió”.
“Aproveché para darme una ducha y en ese momento dije “algo no está bien”, lo sentía en mi corazón. Sentí un ambiente tenso y frío”.
"Yo podía ver a mi hijo porque lo tenía enfrente de la ducha. Pensé que estaba dormido. Cuando salgo de ducharme voy hacia la cuna y digo ‘Ibrahim’ porque ni siquiera se movía. Cuando lo giro ya estaba sin vida. Mi hijo ya estaba muerto”.
“Me sentí culpable, creí que se ahogó con mi pecho, no sabía nada de lo que estaba sucediendo”.
“Fueron cinco minutos y mi hijo murió en esos cinco minutos. Tenía los labios morados. No entiendo con qué derecho o por qué lo hicieron".
“Me dijeron que hacer una autopsia iba a afectarme como mamá. Tenía una cantidad terrible de insulina, imposible para una criatura. Lo reventaron con la cantidad que le pusieron”.
“Yo necesito ayuda psicológica y psiquiátrica. Intenté quitarme la vida tres veces por no encontrar una salida. Sé que no hay respuesta alguna, pero es un dolor que me cuesta decir ‘puedo sobrevivir con esta carga’”.
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