En enero, la Municipalidad de Córdoba dio inicio a la construcción del tan esperado desagüe en calle Sagrada Familia.
La obra es imprescindible para mitigar las inundaciones que históricamente azotaron a los barrios de la zona oeste de la ciudad.
Sin embargo, lo que parecía ser un avance terminó siendo un problema para los comerciantes del barrio.
Un trabajador contó que, por la demora en los trabajos, perdió el 30% de sus ventas y tuvo que despedir a dos empleados.
En este sentido, aseguró que debería implementarse en el costo total, el daño económico que le producen a los locales de la zona.
“Todos nos estamos perjudicando en mayor o menor medida”, sentenció.
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