Luego de siete años y medio de que fuera arrancada del monumento de Ana Frank, fue encontrada la cabeza que sería de esa obra escultórica vandalizada en agosto de 2013. Juan José Torres, el encargado de un edificio de barrio Nueva Córdoba se sorprendió ayer a la tarde, cuando le llamó la atención una cabeza tirada en el piso, al lado de un contenedor de basura ubicado en la calle Obispo Oro.
"Primero pensé que era una cabeza hecha de telgopor, de un maniquí o como las usadas en peluquería, pero es de cemento y tiene hierros de construcción que unen el cuello con el cuerpo", relató Torres ante Telefe Noticias Córdoba.
"Allí recordé que hace varios años había sido destruida la escultura que está ubicada a pocas cuadras de aquí. Busqué datos en Internet y veo que es igual a la obra original; llamé a varios museos para que determinen si realmente corresponde a la pieza auténtica y que termine en buenas manos", explicó Torres.
Vandalismo y restauración polémica
En agosto de 2013 la escultura en homenaje a Ana Frank fue destruida durante una manifestación estudiantil y su cabeza nunca apareció hasta hoy, que Juan José Torres dio aviso del hallazgo frente al edificio donde trabaja como encargado.
Sin embargo, el monumento siguió protagonizando noticias por su restauración, alternadas con burlas cuando se le colocó una cabeza totalmente desproporcionada y con rasgos que nada tenían que ver con la obra original.
"Ecce homo a la cordobesa": la restauración inaugurada en junio de 2014 fue motivo de burlas hasta en medios internacionales
El escultor que no fue
El arquitecto Isaac Nahmias -quien fue titular de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas DAIA cuando se emplazó la obra original- manifestó ser el autor de la escultura y se hizo cargo de la restauración, que fue inaugurada por el entonces intendente Ramón Mestre por el 85° aniversario del nacimiento de Ana Frank.
Sin embargo, la polémica y la propagación de burlas por el resultado develaron otra realidad: el escultor de la obra original era el artista plástico Carlos Belveder, cuya autoría fue ignorada en todos los actos públicos, plaquetas y homenajes a Ana Frank rendidos en torno a la escultura. Los honores se los llevó Nahmias, quien en realidad había contratado a Belveder, pero luego el escultor ni siquiera fue invitado a la inauguración de la escultura y Nahmias se atribuyó desde entonces ser el autor de la obra.
En la cuenta de Facebook de Belveder, había publicadas imágenes del artista trabajando en la escultura original.
Foto: Facebook Carlos Belveder
Finalmente, en diciembre de 2014 llegó el momento de la reivindicación de Belveder, quien se hizo cargo de la restauración para reemplazar la cabeza que fue motivo de ridiculización.
A partir de ese momento se completó la obra que continúa emplazada frente a la plaza España, como un homenaje a las víctimas judías del holocausto nazi durante la Segunda Guerra Mundial.
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