Una enfermera que trabajó en un geriátrico de Villa Carlos Paz realizó una denuncia que destapó una situación alarmante: adultos mayores atados, dopados y en condiciones de abandono. El establecimiento, que no contaba con habilitación, fue clausurado este jueves por orden judicial.
La mujer, que aportó fotografías como pruebas, relató que “los tiraba a los abuelitos hacia la cama y los ataba de pies y manos”. También aseguró que solo dos personas tenían acceso a los medicamentos: la dueña y la encargada. “Yo hacía turno noche, los abuelitos ya estaban atados. Yo los desataba. Los ataban con remeras, con gasas, con vendas. Ellos podían caminar”, contó.
Según la denuncia, los residentes permanecían en un estado de desidia: “El olor a orina era insoportable, había toallas manchadas con materia fecal. No los bañaban”, relató la enfermera, quien afirmó que las habitaciones presentaban una fuerte humedad y que no había oxígeno ni ambulancia disponible en caso de emergencia.
La ex trabajadora describió un escenario de maltrato y descuido generalizado: “Los abuelitos consumidos. No comían o estaban deshidratados”. Explicó además que las visitas de las familias debían coordinarse previamente con la dueña. “A los abuelos ahí les pasan un trapo húmedo en el cuerpo y los cambian”, sostuvo.
La mujer dijo que decidió juntar pruebas antes de denunciar y que habló con otras empleadas que también conocían las irregularidades pero no se animaban a declarar por miedo. “Yo sí voy a hablar, por ellas y por los abuelos”, señaló.
Durante el operativo de clausura, la dueña del establecimiento intentó obstaculizar el procedimiento y llegó a cubrir la faja oficial con una bandera, en un último intento por negar el funcionamiento irregular. Finalmente, la residencia fue cerrada y quedó bajo custodia policial.
La causa judicial investiga las responsabilidades penales en torno a los delitos de maltrato, abandono y desatención de adultos mayores en un contexto que quedó marcado por la violencia y la absoluta precariedad.
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