Desde lo alto de una montaña en Chile, el Observatorio Vera C. Rubin dio a conocer sus primeras imágenes del universo, tomadas por la cámara digital más grande jamás construida. Con una resolución de 3.200 megapíxeles, esta herramienta marca el inicio de una misión clave, escanear el cielo astral.
Entre los primeros registros se destacan dos nebulosas icónicas, Trífida y Laguna, y una escena del vasto Cúmulo de Virgo, donde emergen nítidamente galaxias espirales de tonalidades azuladas. Las imágenes, además de su belleza, anticipan el potencial científico del proyecto.
Aunque la sede está en Chile, Argentina participa activamente de esta misión global. Un equipo de 60 profesionales, 40 de ellos de la Universidad Nacional de Córdoba, integra la colaboración científica junto a más de 1.500 expertos de 30 países. El aporte argentino incluye desarrollo de software para operar el telescopio y trabajo en análisis de datos astronómicos.
El telescopio escaneará el cielo austral de forma sistemática cada tres o cuatro noches, durante al menos una década. En ese tiempo, se espera identificar más de 20.000 millones de galaxias y miles de nuevos objetos celestes, como asteroides y supernovas.
Financiado por la Fundación Nacional de Ciencias y el Departamento de Energía de Estados Unidos, el observatorio lleva el nombre de Vera Rubin, astrónoma que aportó evidencias clave sobre la materia oscura. Justamente, uno de los principales objetivos del proyecto es profundizar el conocimiento sobre esa fuerza invisible y sobre la energía oscura, dos de los grandes misterios del cosmos.
Además de su valor científico, esta misión representa un salto tecnológico. Esa experiencia, aseguran los investigadores, tendrá impacto en múltiples áreas más allá de la astronomía.
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