En barrio San Roque, al oeste de la ciudad de Córdoba, un enorme pozo con agua estancada ha puesto en jaque la estructura de varias viviendas y una iglesia. El problema, según denuncian los vecinos, lleva años sin respuestas por parte de las autoridades.
“Se llena de agua la calle, con las lluvias se complica más”, relató una vecina que vive frente al pozo ubicado sobre calle Kinsley al 1300. Las casas muestran grietas cada vez más severas: “Se están partiendo las casas, están cediendo muy rápido”, afirmó.
La situación afecta también al transporte público. Las unidades del colectivo han modificado su recorrido para evitar pasar por los pozos, ante el riesgo que implica circular por la zona.
Otro vecino cuenta que su casa “es la más complicada” y que, a pesar de los múltiples reclamos, no han obtenido respuestas concretas. “No vino nadie de la municipalidad. Todos los vecinos hicimos reclamos. La respuesta que nos dan es que como somos los propietarios, debemos hacernos cargo del mantenimiento. Para la calle, nos dicen que no hay presupuesto. Se van tirando la pelota entre ellos”, denunció.
El daño es tan grave que la iglesia del barrio ya no puede ser utilizada. “Es un edificio que ya no se puede recuperar, hay que demolerlo”, lamentó otro residente. Aseguró que desde hace más de seis años viven con un metro y medio de agua acumulada bajo el asfalto: “Está permanentemente el agua. Ya no podemos luchar con esto. Necesitamos urgente una solución del gobierno”.
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