El padre de Blas Correas, el adolescente que fue asesinado por policías en la ciudad de Córdoba en agosto del 2020, aseguró que los policías “quieren limpiar su apellido”, en referencia a la confesión de Javier Alarcón.
“Me da la sensación que cada uno quiere limpiar su apellido y que no suma nada que creo que la Justicia no sepa”, dijo luego de que el cabo admitiera que era suya el arma plantada.
El policía afirmó que quien le pidió al arma para "plantar" fue la agente Wanda Esquivel, acusada de encubrimiento. En la instrucción, ella confesó que fue Alarcón quien le dio la orden de manipular la escena del crimen.
"Me preguntó si yo tenía un arma y dije que tenía un revólver viejo y se lo dí a ella. En ningún momento le indiqué lo que tenía que hacer", afirmó el imputado, quien tras ello dijo estar "arrepentido y avergonzado" por su conducta y pidió "disculpas a las víctimas y a los familiares de las víctimas".
Blas Correas consideró que es muy difícil aceptar una disculpa. “Es muy difícil de entenderlo”, agregó.
Por otro lado, el padre de la víctima cuestionó la estrategia de los abogados defensores de los imputados, que estarían incomodando con preguntas a los amigos que esa noche iban en el auto.
“No hay que olvidarse que los chicos son víctimas, y los están tratando como si fueran los asesinos que en ese momento el Gobierno y la Policía dijeron que eran”, apuntó.
En este sentido, afirmó que es doloroso que busquen debilitar a uno de los testigos. “Quiero aclarar que aun habiendo cometido alguna infracción, nada da derecho a haberle quitado la vida a mi hijo”, declaró.
Por último, admitió que es difícil el proceso del juicio porque está reviviendo el mismo dolor de hace dos años. “Y ver esta agresividad por parte de la defensa, la verdad no pensé que iba a ser de esta manera tan deshumanizada”, cerró.
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