En el barrio Primero de Mayo, los vecinos viven con miedo constante por una seguidilla de robos que se repiten todos los días. Denuncian arrebatos en la vía pública, asaltos a negocios, entraderas en pleno día y hasta autos robados frente a la cochera policial. Aseguran que la policía conoce a los delincuentes pero no actúa, y que la situación los obliga a vivir encerrados.
Axel Ñáñez, uno de los vecinos, expresó con contundencia: “¿Cómo puede ser que acá en barrio Primero de Mayo no podamos salir a la calle tranquilos?”. El hombre relató que la modalidad delictiva más común es el arrebato desde motos: “Cuando salimos tenemos miedo de que venga un tipo en una moto y nos robe. También a la noche, cuando vas a entrar a tu casa y querés guardar el auto, vienen, te asaltan y te afanan el auto”.
Los testimonios son desgarradores. Carolina Murúa sufrió un violento ingreso a su vivienda el sábado por la tarde: “Entraron por la puerta del frente, me reventaron la puerta, se llevaron electrodomésticos y la mochila con los útiles de mis hijas”. Contó que todo quedó revuelto y con la sensación de que los ladrones volverían. También denunció que su marido fue asaltado a punta de pistola cuando salía a trabajar a las 5:30 de la mañana.
Adriana Alonso, otra residente, afirmó que muchos negocios del barrio están cerrando o trabajando con rejas por miedo a los robos: “En menos de un mes, al chico que vende celulares le robaron dos veces”. Además, criticó la ineficacia del sistema de vigilancia: “En un grupo que tenemos con la policía te piden datos, pero nunca aparecen”.
Sonia Domínguez fue más allá: “Somos golpeados, somos humillados por el gobierno, por la policía, por la justicia”. Denunció que las consecuencias son mínimas: “Cuando un menor comete un asalto, nosotros estamos haciendo la denuncia y el menor es retirado por sus padres. Nosotros seguimos en la comisaría esperando a que hagan algo”.
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