Caminar por la ciudad de Córdoba con ojos de turista puede sorprendernos con interesantes descubrimientos. Por ejemplo, cuando paseamos por la Cañada y llegamos al cruce de la calle 27 de abril y Marcelo T. de Alvear nos encontramos con el Paseo Sobremonte: allí encontramos un monumento de piedra tallada a mano, indicando el lugar donde se hizo la primera conexión de agua corriente en 1792. ¡Y la historia comienza a darnos perlitas!
Si nos acercamos, observaremos la antigua construcción de la primera cisterna, colindante al lago, construida con ladrillos abovedados y una gran puerta de hierro forjado, a nivel del suelo.
El origen
Al repasar los libros de historia, encontramos que relatan que en 1785 el Virrey Sobremonte ordenó el establecimiento de las “aguas corrientes”; una obra que se alimentaba del río desde la Toma de Alberdi y mediante una acequia de 28 cuadras, atravesaba las quintas del oeste y almacenaba el líquido en un
estanque. Así podían regular la distribución del riego en las quintas que rodeaban la manzana.
De esta manera, el Paseo Sobremonte fue el primer reservorio de agua de la ciudad. En 1792 se realizó desde allí la primera conexión de agua corriente con circuito y ramal independiente.
Según un documento de Obras Sanitarias de la Nación, “en la Ciudad de Córdoba, en el año 1792, se habilitó un sistema mediante grifos públicos, el cual constituye el primer antecedente de una medida de gobierno tendiente a dotar a una de las ciudades del Virreinato de servicios sanitarios, a través de la instalación de redes y conexiones”.
En septiembre de 2022, Aguas Cordobesas, junto con el escultor Ricardo Zavala, acompañó la puesta en valor del espacio representado por un menhir tallado, ubicado sobre el Basal.
Si te gustó esta historia y querés saber más, te invitamos a leer el libro La Historia del Agua en Córdoba y escuchar el Podcast del Agua disponible en Spotify - YouTube!
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