Este comportamiento tiene un impacto directo en su bienestar, y está vinculado a la diferencia de esperanza de vida entre hombres y mujeres.
Según investigaciones científicas, los hombres viven entre 7 y 9 años menos que las mujeres. La causa principal de esta diferencia se encuentra en la falta de atención psicológica. Al no buscar ayuda profesional a tiempo, los hombres enfrentan una serie de problemas de salud mental que, a largo plazo, pueden desencadenar enfermedades físicas graves, además de un impacto negativo en su calidad de vida.
Uno de los mayores obstáculos para que los hombres accedan a la atención médica preventiva es la cultura del machismo. Solo uno de cada tres hombres se somete a estudios médicos anuales para prevenir enfermedades, y la mayoría de ellos son hombres de edad avanzada. En muchos casos, son las mujeres quienes toman la iniciativa de acompañar a los hombres para que se realicen estos estudios preventivos.
Otro aspecto clave es la percepción social de la masculinidad, que está estrechamente asociada con la indestructibilidad y la falta de vulnerabilidad. Esto genera que muchos hombres sientan miedo al qué dirán sus pares si acuden a un médico o buscan ayuda profesional. Como resultado, muchos optan por no hablar sobre sus miedos y preocupaciones, lo que agrava aún más la situación.
La disfunción sexual es una de las consultas más comunes entre los hombres que buscan ayuda médica. Sin embargo, la idea de que los hombres deben ser fuertes y no mostrar debilidades dificulta que muchos se acerquen a un especialista. Esto se debe, en parte, a los parámetros sociales que dictan cómo deben comportarse los hombres.
El no hablar sobre sus emociones, miedos y preocupaciones lleva a que los hombres no puedan afrontar adecuadamente los problemas, tanto de salud mental como física. Diversos estudios han demostrado que el silencio emocional en los hombres se convierte en un obstáculo significativo para su bienestar integral.
Comentarios