Los casos de tos convulsa en 2025 triplican los registrados en 2024, alertan autoridades sanitarias. Esta infección respiratoria aguda, causada por la bacteria Bordetella pertussis, afecta principalmente a lactantes menores de seis meses y puede derivar en complicaciones graves si no se trata a tiempo. La vacunación completa sigue siendo el principal método de prevención.
La tos convulsa es especialmente peligrosa en recién nacidos y bebés entre dos y cuatro meses, que pueden desarrollar apnea (pausas respiratorias) y cianosis (piel azulada). Según la SAP, los cuatro fallecimientos de 2025 se produjeron en menores de dos años. Por eso, atender a la primera manifestación, una tos seca, intensa y persistente, es fundamental.
La vacuna obligatoria del calendario infantil es un reaseguro, pero requiere varias dosis. El BEN advierte que la cobertura del primer refuerzo (15-18 meses) cayó al 68% en 2024. Este relajamiento en los esquemas de vacunación favorece la reaparición de la tos convulsa.
En adolescentes y adultos, la enfermedad suele ser más leve, con tos persistente y crónica. Sin embargo, son el principal reservorio de la bacteria y fuente de contagio para los bebés. Por eso, completar los esquemas de vacunación y reforzar la protección en mayores es clave para prevenir brotes.
Los especialistas recomiendan no subestimar la tos seca en bebés y acudir de inmediato al pediatra. Mantener los esquemas completos de vacunación reduce el riesgo de complicaciones graves. La combinación de vigilancia, prevención y atención temprana es la herramienta más efectiva contra la tos convulsa.
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