El arresto se produjo después de una ardua búsqueda, ya que Valverde Victoriano estaba prófugo. Tras una semana de intensa investigación, el narcotraficante peruano fue descubierto en la caja de un camión en Perú. Intentaba fugarse del país escondido entre cajones de pescado, en un vehículo que había partido de Bolivia. Ozorio, su socio, había sido detenido horas antes que el principal acusado.
El jefe policial, Loayza Díaz, comentó que Pequeño J es "la tercera generación" de una familia criminal vinculada al narcotráfico y al sicariato, cuyos predecesores fueron asesinados en Trujillo en relación a estos crímenes.
Dado que Ozorio no registró su ingreso legal a Perú, será expulsado de inmediato, mientras que Pequeño J quedará preso hasta que prospere el pedido de extradición argentino. A su llegada, la acusación por la que lo indagará el fiscal Adrián Arribas, en Buenos Aires, será: "Triple homicidio calificado premeditado por dos o más personas, alevosía y ensañamiento, y por tratarse de un crimen de un hombre contra una mujer mediante violencia de género". Es decir, se lo acusa de un triple femicidio planificado.
Con las capturas de Pequeño J y de su socio Matías Ozorio, ya son nueve los apresados por el triple crimen de Florencio Varela. Los primeros cuatro fueron Magalí Celeste González Guerrero, Miguel Ángel Villanueva Silva, Daniela Iara Ibarra y Maximiliano Andrés Parra. Según la investigación, los dos primeros serían los dueños de la casa donde asesinaron a las jóvenes, mientras que los otros fueron detenidos cuando limpiaban la escena del crimen.
Durante su detención, Valverde Victoriano afirmó que ellos no tuvieron nada que ver con el crimen de Brenda, Morena y Lara, y agregó que tienen que encargarse de buscar a los verdaderos culpables.
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