Portada  |  04 julio 2024

Ellas son jóvenes y viven en barrios populares: cuatro historias de mujeres que no quieren ser madres

Telefe Noticias conversó con Lucía, Zoe, Noelia y Abigail, cuatro jóvenes que tomaron la decisión de no ser madres. Muchas son las razones que componen esta decisión: una es la económica, pero hay otras, como no repetir las historias de sus madres o abuelas, también poder estudiar y realizar proyectos e incluso, en algunos casos, la falta de deseo.

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Lucía tiene 20 años y vive en Fiorito, uno de los barrios populares más grandes del partido de Lomas de Zamora, en la provincia de Buenos Aires. Cuando tenía 11 años de edad, su mamá empezó a trabajar de noche y ellas se tuvo que hacer cargo de sus hermanos de 10, 7, 6 y 4 años.

“Me levantaba a la mañana, les hacía el desayuno, les lavaba la ropa y nos íbamos a la escuela. Yo tenía 11 años y ellos me decían 'mamá'. Y siempre yo les decía que no me digan así. También vi a mi tía tener su primer hijo a sus 15 años, y a mi mamá a los 14”, cuenta Lucía.

Por eso, siendo muy joven decidió ponerse un chip. Actualmente es panadera y trabaja junto a su pareja, con quien hace mucho esfuerzo para trabajar y salir adelante. Como su situación económica es muy precaria y el contexto de crisis es cada vez más difícil, Lucía recibe cualquier ayuda para su emprendimiento en el siguiente alias: lucia006.amor.mp

Noelia, de 31 años, es una joven que vive en el barrio El Matadero, en Quilmes. Ella trabaja hace muchos años en barrios populares, es educadora, y también le gusta mucho jugar al fútbol con amigas de manera amateur.

“Cuando nacés en un barrio popular, nacés sin tener muchas cosas, como el agua potable, una casa digna y las calles con asfalto. Cosas básicas, que no dependen de vos, pero influyen en la vida cotidiana. Por eso una evalúa mucho cómo vivió y cómo quiere vivir”, explica Noelia.

Cuenta además que ella vio muchas de sus amigas mamás que después de maternar se dieron cuenta que no podían bañarse tranquilas, o comer a la hora que quieren comer. “Es la libertad básica que yo no resigno. Después me di cuenta que no tengo el deseo, y me parece importante romper con esta idea de que las mujeres, por naturaleza, vamos a querer ser madres”.

Zoe vive en Villa Udaondo, en Ituzaingó, y tiene 25 años. Desde chica, incluso en los recuerdos que tiene jugando con sus primas, piensa que no quiere tener hijos, y esa decisión se consolidó cuando, a sus 19 años, decidió ligarse las trompas.

“Vivir es cada vez más difícil: poder acceder a un trabajo estable, el hecho de que está todo cada vez más caro, incluso acceder a un alquiler. Todo eso hace que incluso, si uno verdaderamente quisiera, igual no podría hacerlo en las condiciones en que un niño o niña lo merece”, explica la joven.

También es contundente respecto a los prejuicios sociales que hay en torno a la maternidad. “Creo que todavía está bastante instalada esa presión de que el gran desarrollo de las mujeres vaya a ser alrededor de ser madres, tener un marido y una casa.”

En el caso de Abigail, una joven de 20 años de Villa Trujui, en Moreno, la decisión está además acompañada del uso de un implante subdérmico, más conocido como “chip” anticonceptivo.

“No quiero ser mamá porque he visto todo lo que se pasa, y no lo quiero pasar. Dar gran parte de tu economía, de tu tiempo, de tu integridad física y de la salud mental. Aprendí que es re difícil, entendí que no se puede hacer a la ligera. Siento además que tener un hijo te limita mucho, y yo no quiero vivir con limitaciones”, concluye.

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