Este 31 de octubre se conmemoran 508 años de la Reforma Protestante, un movimiento religioso que marcó un antes y un después en la historia del cristianismo. En 1517, Martín Lutero publicó sus famosas 95 tesis contra la venta de indulgencias, desafiando la autoridad de la Iglesia católica y dando origen a un nuevo modo de vivir la fe.
Lutero, nacido en 1483 en Alemania, fue un monje y teólogo que cuestionó las prácticas corruptas de su tiempo. Su convicción de que la salvación era un don gratuito de Dios y no una mercancía lo llevó a enfrentarse al poder religioso más grande de la época.
Según la tradición, Lutero clavó sus 95 tesis en la puerta de la Iglesia del Castillo de Wittenberg el 31 de octubre de 1517. Aquel gesto, simbólico y valiente, marcó el inicio de la Reforma Protestante, que se expandió rápidamente por Europa gracias a la imprenta.
El movimiento no solo reformó la estructura religiosa, sino que también impulsó valores como la libertad de pensamiento y la interpretación personal de la Biblia. Las ideas de Lutero inspiraron transformaciones políticas, sociales y culturales que aún perduran.
Los principios fundamentales del movimiento se resumen en las llamadas cinco solas de la Reforma: Sola Scriptura (solo la Escritura), Sola Fide (solo la fe), Sola Gratia (solo la gracia), Solus Christus (solo Cristo) y Soli Deo Gloria (solo a Dios la gloria).
Estos pilares reflejan la creencia de que la salvación depende únicamente de la fe y la gracia divina, sin intermediarios humanos. También promovieron el acceso libre a la Biblia, impulsando la educación y la traducción de las Escrituras a las lenguas locales.
Hoy, el Día de las Iglesias Evangélicas y Protestantes se celebra en distintos países, recordando aquel acto que transformó la historia espiritual de millones. Para las comunidades evangélicas, la fecha representa un llamado a la reflexión, la unidad y la fe activa.
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