Flor Álvarez y Lucas del Bruno se conocieron en el coro del Instituto Helen Keller de Córdoba. Él, oriundo de Monte Cristo, fue subcampeón de La Voz Argentina en 2018. Ella, cordobesa, comenzó cantando en la peatonal.
“Nos conocimos como parte de un coro de exalumnos y al principio era solo admiración musical. Pero había algo más, una conexión que con el tiempo se transformó en amor”, recordó Lucas. Desde entonces, comparten escenario y proyectos, llevando adelante una carrera en dúo que combina folclore, canciones propias y clásicos populares.
Flor asegura que la música fue siempre su camino. “Terminé el secundario y en mi casa me preguntaban qué iba a hacer. Yo no quería otra cosa: siempre aposté a la música porque es lo que me llena el alma. Como artista callejera hay días buenos y otros no tanto, pero nunca dejo de elegirlo”, expresó.
Ambos sostienen que la música es más que una profesión: es su forma de vida. “Otros trabajos pueden darte de comer, pero la música me alimenta. Es distinto. Es nuestra manera de entender la vida y también de criar a nuestros hijos”, destacó Lucas.
Con shows en el interior provincial y fuerte presencia en redes sociales, donde realizan transmisiones en vivo y comparten nuevas canciones, Flor y Lucas siguen apostando a crecer como dúo artístico sin descuidar su familia. “La gente recibe de otra manera lo que hacemos juntos. En el dúo hay algo distinto, algo más, y queremos seguir explotándolo”, coincidieron.
La historia de estos dos cantantes no videntes es, a la vez, testimonio de lucha, amor y pasión por la música. Un recorrido que comenzó en un coro, se transformó en familia y hoy sigue escribiéndose arriba de cada escenario.
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